UGT i CNT durant la República. Memoria Civil, núm. 29, Baleares, 20 julio 1986
CNT
En abril de 1931 existía en Palma un Ateneo Sindicalista y una Federación Local de Sindicatos Unitarios (CNT), cuya influencia se extendió notablemente, aunque con ciertos planteamientos ambiguos debido a la preponderancia socialista el movimiento obrero. Los principales dirigentes fueron Domingo Germinal, Josep Torres, E. Ortega, Guillem Quintana y Miquel Rigo.
La huelga del puerto aceleró la alianza con los comunistas. Salió un periódico anarquista (Cultura Obrera). Los grupos anarquistas animaron el movimiento huelguista, ante la posición de resistencia de la patronal y la actitud de UGT, por lo que cada huelga se convirtió en una lucha por la existencia del sindicato gremial convocante. El ejemplo más relevante fue la disolución práctica del sindicato de la madera tas todo el mes de octubre de huelga a causa del arreglo de las puertas de la cárcel. El sindicato ugetista actuó como esquirol. También al reproducirse la huelga del puerto, la patronal creó un sindicato católico que consiguió las 200 afiliaciones. Las más de mil afiliaciones de CNT bajaron notablemente a partir de 1932.
Sin embargo, CNT consiguió desbordar a los directivos de UGT en varias ocasiones: cuando la deportación de anarquistas catalanes a Villa Cisneros en febrero de 1932, impusieron la huelga general y en junio del mismo año por la oposición a las resoluciones de jurados mixtos. Las reivindicaciones anarco-comunistas en el conflicto de albañiles eran exageradas, ni en la misma Rusia Soviética según UGT.
A principios de 1933 los comunistas crearon su sindicato, Central General de Trabajadores Unidos. Ya habían iniciado sus críticas, los comunistas a los “reformadores” de UGT y CNT, propugnando el frente único revolucionario de la base.
A partir de 1934, la CNT tuvo un papel secundario en el movimiento obrero insular. Ante el movimiento insurreccional de octubre preconizó la abstención. No aceptó las Alianzas Obreras posteriores, aunque participó en el Comité pro-presos, al ser represaliados también sus militantes. El principal dirigente es estos momentos es Cristofor Pons. Destacaba tamnbién Gabriel Buades en Inca. En un mitin celebrado en diciembre de 1935, Cristofor Pons resaltó que la unidad obrera se había conseguido en Palma mediante el movimiento huelguístico: así deber unir a los trabajadores y no mediante pactos. Se propugnaba la abstención electoral y se emplazaba a UGT para poner en marcha un movimiento revolucionario sin intervención del PSOE.
Aunque no puede constatarse, parece que existió algún grupo de la FAI y un comité Regional de Grupos Anarquistas. Entre las acciones más destacadas que se rumorean sobre ellos está la preparación de un atentado al comandante militar Francisco Franco, a causa de la represión de la huelga de noviembre de 1933. A partir de 1936 CULTURA OBRERA defendió los postulados de la FAI.
UGT
Hasta su muerte en 1936, el líder indiscutible del movimiento obrero insular fue Llorenç Bisbal. A partir de entonces se abrió una crisis entre los sindicalistas socialistas que duraría hasta el 18 de julio, entre “prietistas” y “largocaballeristas“, que se solucionó momentáneamente con una tercera vía encabezada por I. Ferretjans.
UGT había participado en los Comités Paritarios de la Dictadura de Primo y creó los Jurados Mixtos que arbitraron los conflictos laborales durante la República. Entre esta dirección u organización del mundo laboral y la acción huelguística, los dirigentes ugetistas se vieron desbordados en varias ocasiones por los anarco-comunistas a los que calificaban de “dinamiterios”.
En 1934, el IX Congreso regional eligió una junta directiva mixta, que abandonaron muy pronto los “prietistas” quedando bajo control de “largocaballeristas“, encabezados por Antoni Ribas. Estos propiciaron el apoyo a la situación revolucionaria de octubre de 1934. La organización socialista fue indiscriminada y sistemáticamente represaliada a consecuencia de los hechos de octubre, aunque en Mallorca no habían tenido prácticamente repercusión.
Debido a esa represión propiciaron las Alianzas Obreras en las que participaron los comunistas, sin embargo a partir de la unificación de las Juventudes socialistas y comunistas, se acordó la unidad sindical dentro de UGT, donde se integraron los sindicatos comunistas y los colectivos comunistas, liquidando las Alianzas Obreras.