Fitxa
- Nom complet: Ramón Hernández Lobato
- Lloc de Naixement: Morón de la Frontera, Sevilla.
- Data de naixement: 18 de Juliol de 1951
- Estat civil: Casat
- Afiliació política: PCE i PCPE
- Afiliació sindical: CCOO
- Aficions: Beure vi i el cante flamenc
- Feines realitzades: Tallador de Pell, comercial a Ocaso i cambrer
Durada de l’entrevista: 1h i 15 minuts amb 11 pàgines d’extensió
Entrevistador: Josep Martínez Rigo.
Sobre els pares
¿Su padre ya estaba afiliado a alguna organización?
Mi padre ya estaba en el Partido desde joven. El perteneció a las Juventudes Socialistas Unificadas.
¿Y su madre?
Mi madre siempre se ha mantenido al margen, aunque siempre ha sido una persona con mucha consciencia. Si nosotros hemos crecido bajo estos ideales fue por la influencia de nuestros padres.
¿Su padre sufrió la represión?
Claro. En el trabajo tenía que ir con mucho cuidado, ya que en el momento que descubrieran su militancia comunista lo echaban. De hecho, uno de los motivos que le empujaron a marchar a Mallorca fue estar vigilado por el régimen.
Sobre la infància
¿Cómo fue su infancia?
No puedo decir que fuera feliz, porque en aquellos tiempos no existía la palabra “Felicidad” y aún menos de una familia trabajadora con conciencia política antifranquista. Recuerdo el colegio, los amigos … Eran cosas muy disgregadas y no era una unificación en ideas, cosa que solo se podía hallar en los Salesianos. No lo pasé mal, ya que los niños se adaptan siempre a lo que tienen presente.
Suponiendo la situación de Andalucía en la época, su pueblo natal no debía nadar en la abundancia
Había dos Españas. Se palpaba. Gente como el cura, el alcalde, el farmacéutico, el médico y todos sus los acólitos que los acompañaban. Si trabajabas para ellos te podías garantizar un nivel de vida mínimamente pasable. Formaban una comunidad. Los que no servían vivían en un estado de marginación, aunque tuvieran trabajo y comer.
¿Cómo era la educación?
No había pedagogía, así de sencillo. Yo tenía una profesora que era una borde (en el buen sentido) y sin escrúpulos. Esta chica era coja y era la locutora de Radio Morón. Me tenía manía, supongo porque mis tíos eran comunistas. De hecho, yo prefería escaparme del colegio, ya que no era bien recibido. Me castigaba de forma ocasional poniéndome de rodillas con garbanzos duros sobre una tabla y aguantando dos libros en forma de cruz. Llegó un día que no la aguanté más y le tiré el tintero de plomo en la cabeza. Entonces me echó de la escuela.
Mi hermano mayor iba a un colegio de pago, y me metieron a mí después del incidente del tintero. Por ser dos hermanos nos hicieron un trato especial: ir a misa todos los domingos. Así trascurrió hasta que llegamos a Palma de Mallorca.
Entonces el tema del instituto era algo complicado
Eso eran palabras mayores para nosotros. Si tu padre era una persona con capital más que suficiente, podías ir al instituto sin ningún tipo de problema. Mi padre era albañil y con su sueldo no podía permitírselo. El único que pudo ir al instituto fue mi hermano menor al colegio Balmes.
¿Recuerda más o menos el año en que usted migró? ¿Cuál fue el primer el impacto que tuvo cuando vino aquí?
Hace aproximadamente 50 años. Sé que fue alrededor de finales de los años 60 con unos 22 años. El impacto que me llevé fue ver que la gente no iba en taparrabos. Veníamos con esa imagen. Fue chocante ver una ciudad preciosa con gente encantadora y la verdad es que nos quedamos decepcionados con la historia con la que veníamos… Yo en un año pude aprender mallorquín, todo un récord. Esto se debe a que por la tarde iba a la escuela y por la mañana había un señor, nuestro casero, que tenía la panadería de arriba en la calle dels Socorrs y trabajaba con él haciendo ensaimadas y demás. El hombre me decía que si le cantaba un fandango él me enseñaba mallorquín. Y así fue.
¿Y cómo le fue al resto de tu familia esta integración aquí?
Les costó. Mis padres nunca hablaron mallorquín, pero lo entendían perfectamente. Mi madre era una gran defensora de los mallorquines y criticaba a aquellos venidos de fuera que le hacían feos a la tierra que los había acogido. Ahí tenía en el barrio algunos enemigos por culpa de su carácter y talante. Mi madre no militaba, pero tenía un concepto de la responsabilidad muy elevado.
Supongo que se refirieron a vosotros como…
Forasters! Putes forasters! Y cuando les caías mal te llamaban murciano. Se ve que era porque las primeras oleadas de migrantes a Mallorca venían de Murcia. Ellos venían en condiciones de pobreza y precariedad extremas (sin calcetines, maletas de cartón…). Era gente del campo. Esto impactó en la sociedad mallorquina y lo utilizaron como un insulto para el resto de migrantes.
De todas maneras, aquello se fue disipando con la costumbre de estar juntos, salir, hablar y de mezclarnos… A demás ayudaba mucho que yo hablara mallorquín, les confundía mucho. Los problemas modernos respecto al idioma han surgido eminentemente por parte del PP.
En el tema del empleo ¿Cuál fue tu primera experiencia laboral en Mallorca?
Primero estuve trabajando en Maripins como camareros, trabajando en la cueva con un compañero granadino. Luego en Calzados Salom. Empecé cortando piel para los zapatos. Las condiciones laborales eran: “O haces esto o te vas a la calle”. No había relaciones laborales y todo venía de arriba. Luego estuve trabajando por las mañanas en una farmacia
de Luís Catalán. Este hombre era catalán y siendo de la clase burguesa catalana. Aun así, el hombre y su familia era relativamente progresista, destacando un poco su hijo Rafel. Este hombre fue el primero en darme a conocer a Lorca y su hijo me trajo de Francia obras de Miguel Hernández. Esto suponía prisión si te pillaban de forma directa.
¿Vio usted algún tipo de trato diferencial entre mallorquines y los forasters?
No. Todos éramos tratados iguales y los jefes estaban contentos mientras sus empleados fueran laboriosos y hicieran todo lo que se les pedía. Existía la diferencia de cercanía, pero esto era una cosa de ser trabajador. Yo nunca noté discriminación en el trabajo por esta razón.
¿Y no se hicieron redes entre andaluces?
Se intentó hacer una Casa Regional Andaluza, pero el médico que gestionó todo robó millones de pesetas y dejó un agujero de deuda inmenso. Se han hecho algunas iniciativas como la Casa Andalucía y demás, pero nunca va a haber una CRA a causa de las deudas que podría contraer.
Sobre la militància
¿Cuándo entra al partido?
Yo entré cuando Xisca Bosch se convirtió en secretaria. Estábamos montando toda la estructura. En mi célula recuerdo a Miguel Hernández, Antonio Hernández, Juan Hernández y otras personas del Rafal. Éramos siete, pero con las escisiones se empezó a disgregar.
¿Como recibía la educación marxista en la célula?
Por vía del Mundo Obrero y porque yo ya tenía trayectoria y bagaje previo. Llegué a entender que era el Socialismo puro o científico. Había muy poca gente que realmente tuvieran la capacidad de poder comprenderlo.
Supongo que usted participó en la maquinaria de la propaganda
Producción, lanzarla por el polígono y las calles, con la policía detrás… Hicimos muchas campañas. Recuerdo la campaña por la amnistía, los salarios y condiciones más dignas de trabajo.
Y ¿Qué relación tenía usted con los integrantes de la dirección?
Era un cachondeo, en el buen sentido. La dirección entrante había estado después de que yo entrara (riu). Con Francisca Bosch me llevaba muy bien, pero esto era general. Te tenías que llevar bien con Francisco o sino no eras una buena persona. Ella destilaba una humanidad sorprendente. Luego estaban los Thomàs como Lila, Antoni Maria y especialmente Lluïsa, la cual se ve mucho con mi mujer en la piscina. Lluïsa era la más currante después de Francisca. Es una gran persona.
A finales del 74-75 entra la gente de Bandera Roja
No entró tampoco mucha gente. Tuvo más fuerza en Cataluña, mientras que aquí era más un hecho testimonial. Aquí fue más sonoro porque habían entrado militantes de renombre. Aun así, esto es mi visión particular. Era gente maja, izquierdosa y rebelde.
Pero la membresía de estas personas no duró mucho, y en el 76 después del encuentro de Cura se escinden y forman el PSI
Yo a raíz de lo que iba aconteciendo me fui desvinculando gradualmente del partido. No veía la solidez y fuerza del principio, y se veía que la gente estaba empezando a hacer tejemanejes para encontrar silla cuando la transición tuviera lugar. Esto no era sano, sino de deterioro, pero me equivoqué y esta gente trabajó muy duramente.
Al final salió gente más vinculada a Tarabini, Obrador y Tino Alomar. Ellos montaron el PSI y luego se fueron al PSOE. Esta gente ganó importancia en muchos municipios y especialmente en Calvià. Los más nacionalistas se fueron a formar el PSM con Sebastià Serra, exmiembro del PCE, como principal dirigente.
También durante este período se desarrolló la Junta Democrática y posteriormente la “Platajunta”
Yo participé en calidad de simpatizante. Era un organismo importante. Aun así, dejé de participar en las actividades del partido ya por entonces. De todas formas, participaba en los actos y acciones del Partido en medida a mis posibilidades. Y esto ha sido así siempre en actos como el de Federica o el de Aurora Picornell. A final, yo he hecho de militante de base mientras otros han efectuado la profesionalización de la política.
En octubre del mismo año se da la conferencia de Formentera
Yo no estuve en Formentera. Me informé de todo por Nostra Paraula y con el informe que redactó Xisca Bosch, Pep Valero y Miquel Rosselló. Pese a esto, no tengo mucha memoria de todo esto.
En la semana santa de 1977 el partido es legalizado
Entonces Carrillo se bajó los pantalones y tuvimos que aceptar lo inaceptable. Carrillo estaba loco por coger un escaño… y lo cogió. Él nos hizo renunciar a elementos básicos del comunismo como la Dictadura del Proletariado por Democracia del Proletariado. Luego había gente que quería despojarse de los emblemas comunistas por excelencia (como la hoz y el martillo), pero esas medidas no prosperaron. Pero lo que fue muy duro fue aceptar la monarquía, la rojigualda y la unidad inquebrantable de España. Nada de esto valió la pena y a las pruebas me remito. Y aun así en Baleares los resultados fueron magros para las generales.
En el 78 se realiza el IX congreso del Partido
Recuerdo que el Partido envió como representante a Pep Vílchez y que se discutió sobre lo de eliminar la denominación Marxismo-Leninismo por Marxismo Revolucionario. También recuerdo que a Pepe lo abuchearon y maltrataron mucho por esta cuestión pese a que era uno de los más trabajadores del partido. Ganó la dirección finalmente, pero porque al final ejercía la dirección las riendas y muchas veces estas discusiones estaban amañadas desde el principio a los intereses de Carrillo. Yo participé en una mesa, pero tenía claro que esto no iba a ir más allá debido al control de los tejemanejes de los oficialistas. Era una cosa que se veía venir.
En los años siguientes se impulsó el eurocomunismo
El eurocomunismo era un comunismo light para ser aceptados en Europa. Teníamos que dejar más y más para satisfacer al resto. Esto nos ha dado una izquierda dividida e incapaz de mobiliar eficazmente a la clase trabajadora.
En el 79 se dan las primeras municipales y aquí sacáis dos regidores, Ignasi Ribas y Catalina Moragues.
Se vivió muy bien, con mucha alegría. Demostraba que habíamos hecho algo. Yo he de decir que ya era muy escéptico y bastante desvinculado. Yo veía venir lo que acabaría pasando. No había mucho “feeling” entre los compañeros y recuerdo una actitud muy vergonzosa de romper carnés del partido… Era algo bastante doloroso de ver.
En el 81 hubo una carta de apoyo a Lertxundi por parte del sector renovador
Había que darles una lección en ese momento. He de decir que no recuerdo mucho. Solo sé de este episodio a través de Pep Valero y Miquel Rosselló, que eran los que me informaban de todo el asunto. Yo no comulgaba con los renovadores en gran parte de lo que defendían. Si no estoy de acuerdo contigo, nos hemos de convencer, pero lo que no se puede hacer es expulsar por disentir. Se tendría que haber impulsado más el diálogo para llegar a consensos.
En el 82 se dan las elecciones y el PCE pasa de 23 escaños a solo 4
Estaba más que cantado después de toda la lucha interna y todas las desavenencias. La imagen pública del partido se fue a puñetas con todo lo de Lertxundi y el tema de la división del PSUC.
¿Participó usted en el XI congreso?
Sí. Menos mal que echaron a Carrillo. De todas formas, Gerardo Iglesias era casi una marioneta de Carrillo. Aun así, Iglesias era un hombre de corazón que se creía lo que decía y lo defendía, pero con la conciencia de un minero que le impedía ser verdaderamente un político. Yo no lo veía como un verdadero dirigente político. Al poco me fui porque participé de la formación del PCPE en las Baleares (El Partit Comunista de les Balears) junto al resto de la dirección del partido. Cuando lo montamos, Ignacio Gallego nos había liado y después de decirnos que está de acuerdo con nuestras tesis, se pone a gobernar la fracción, hace un pacto con el PCE y volvemos a estar integrados en el Partido por Izquierda Unida. Fue un palo fuerte.
A finales del 83 y principios del 84 se salen los Acosta y forman el PCpunto
Éramos amigos y vivíamos en el mismo barrio. Me insistieron para irme con ellos. Yo vi que era muy poca gente y que eso no iría ninguna parte. A Enrique le dije que me parecía muy bien que se quisieran separar y montar otro partido, pero lo que estaban consiguiendo era debilitar al PC. Defendí la unidad en el partido y cambiar por los mecanismos del partido a la dirección. Enrique dijo que era imposible, ya que había estado en la dirección.
Al poco tiempo vuelven, pero también es cuando se da la escisión de la dirección en el verano del 84.
Fue cuando vino Gallego a meter a los escindidos en el PCPE. A Enrique, Gallego le prometió un puesto en la dirección con responsabilidades. Al cabo de 8 meses deja de militar en el partido. Fue un engaño detrás de otro. Fíjate si salió escaldado que desde entonces no ha vuelto a participar en absolutamente nada desde entonces, al menos de las que yo haya visto. Veo más a su mujer, que sí que está en la asociación de vecinos. Lo que pasó luego en el Triguer fue una vergüenza y esto no es de ser de izquierdas, sino un dogmático.
Sobre el sindicalisme
Tú me has dicho que estuviste en el momento en que CCOO se constituyó la coordinadora. ¿Conocía a Marcos Peralta?
Marcos era una persona bastante particular. Era muy reservado y aparte de cuatro intervenciones no tuvimos mucha más relación entre los dos.
¿Usted vivió el Bellver?
Claro. Yo colaboraba con Laureano, que ya era abogado nuestro, e íbamos al Bellver. Al que despedían yo era en el juicio de los que declaraban a su favor. Éramos una camarilla dedicada a dar apoyo y hacíamos un trabajo de campo profundo.
¿Estuvo usted en el cierre de Sant Miquel de enero del 76?
Yo no estuve, pero mi hermano sí. Yo llegué cuando estuvo acordonado. La que también participó fue mi primera mujer, Pilar Martínez Ferrer, la cual aprovechó su condición de embarazada para entrar con comida y salir para volver a entrar con más víveres para los huelguistas. La policía era muy estúpida y ni para dar palos sabían y tuvieron que venir los de Valladolid, mandados por el gobernador civil, Carlos de Meer. Después de la entrada de estos, mi mujer perdió el chaleco que utilizaba para entrar la comida, pero luego lo recuperó.
A mí Xisca Oliver también me contó que Obispo Úbeda estaba de acuerdo con los huelguistas
Yo he de decir que no creo en los curas. Si tú nos ayudas a nosotros y eres el obispo de Mallorca, la policía es incapaz de entrar en la iglesia. En esos momentos la iglesia tenía más poder en según qué cosas que los cuerpos de seguridad del Estado.
Yo he hablado muchas veces con Teodoro y yo he ido a verlo para pedirle ayuda para las familias que tenían hambre y no tenían techo. Él soltó el dinero suficiente para dar apoyo a estas familias. Él ayudó mucho a gente deprimida. Pero aun así era una excepción en una institución tan reaccionaria.
Al poco tiempo, la gente de Bandera Roja a nivel sindical sale de CCOO montando la ASUTH
Si analizas los movimientos de esta gente, siempre tienes que focalizar la gente que lo lidera. En este caso fueron las gentes de Obrador. Debilitó un poco el sindicato, especialmente en el ámbito de la hostelería. Aun así, nosotros mantuvimos la fortaleza en prácticamente el resto de los sectores. Esta gente buscaba lo que querían encontrar. Yo conocí mucho a Paco Obrador y él siempre me buscaba en las manifestaciones. No sé si lo hacía porque pensaba que yo era un poco tonto o que. La estrategia de cada cual era notoria y se veía venir de lejos lo que iban a hacer. Mira como en el 83 consiguió la alcaldía de Calvià. Él hizo lo que tenía que hacer y no pensaba en otra cosa. Hizo bien para su comunidad, pero no era lo mejor. La gente se quemó de él y al final lo echaron a la calle.
¿Recuerdas cómo, después de la asamblea de Barcelona, CCOO pasa de ese movimiento de masas a un sindicato de clase?
No estuve, pero lo vi bien. Solamente cambió un poco la estructura y las funciones de cada persona. Había discusiones, mesas de trabajo, etc. Eran reuniones de ese tipo, pero todo estaba cantado y se veía venir quienes ganaban. Este tipo de burocratismo surgido en torno a lo posterior a esta asamblea es lo que nos llevó a la autodestrucción. A Cámara, amigos que le seguían desde Barcelona, se vinieron a Palma, le dejaron de hablar.
También en esta época entra gente de otras organizaciones en CCOO
Entra gente de muchos lugares, como el MC, del PORE etc. Yo conocía a algunos de sus miembros. Todo era una lucha para estar en una mesa y todos criticaban a los de la mesa para estar ellos mismos ahí. Cuando no estabas dirigiendo, eras de la corriente crítica siempre que no tuvieras el poder.
He de decir también que desde que comisiones cobra subvenciones, ha perdido todo ápice de ser verdaderamente una organización combativa y al servicio de la clase trabajadora. A Cámara se lo dije: “A ver, abuelo (era conocido así), vas a coger esta pasta y no podremos hacer más” Ya que quien paga, obedece. Por este tema me dejó de hablar durante una temporada.
En el 77 se da la masacre de Atocha
Salimos todos a la calle. Además, mira si salimos que hubo gente que dejo el partido y vino a las manifestaciones para denunciar ese asesinato vil. Fue un escándalo público y me desgarró. Yo soy amigo de Laureano Arquero y yo en cierta forma lo introduje en CCOO. Él era abogado y conoció a algunos de los que murieron ese día. Temía mucho por su seguridad. Se pasó muy mal.
¿Como eran las relaciones entre los militantes y afiliados de CCOO en otras islas?
Yo iba de un lado para otro, pero al final me acabé concentrando en Mallorca. Especialmente esto se debía a que tenía la familia aquí y viajar agota mucho. Sé que había muy buena gente, pero ahora no los recuerdo.
Sobre l’autonomia
En estos momentos, se empiezan los mecanismos para la construcción de la autonomía. Los principales responsables e interventores dentro del proceso autonómico del partido era gente como Ignasi Ribas
¡Ay, Ignasi! Hace mucho tiempo que no lo veo. Su contribución fue importante, ya que participó en la redacción del Estatuto de autonomía. Es una persona clara, comprometida y defendió el catalán a ultranza.
¿Tú como veías la construcción de la autonomía aquí en Baleares?
En un principio con ilusión. Al final, pero, fue todo muy decepcionante. Lo que han hecho no fue construir verdaderamente una autonomía ni era nada. Era una dependencia de Madrid, controlada por Madrid y delimitada por Madrid. Les dieron 4 gestiones para administrar algunas cosas y así se permitió algunos logros, pero también muchos atropellos. No hemos sido capaces de montar cosas como “Terra Lliure”, “Moviment de Defensa de la Terra” ni nada por el estilo de carácter independentista que diera mayor fortaleza a la personalidad de las islas.
¿Cómo se hacía la discusión de la autonomía dentro del partido?
No había prácticamente discusión. Todo estaba debatido, escogido y listo para defender desde la dirección. La dirección era muy fuerte y todo lo que decían iba a misa. He tenido compañeros en asambleas y congresos a los que por no tener una opinión en línea con la dirección eran directamente silenciados durante sus exposiciones. Yo he visto cosas con muy poco decoro ¡A Rafael Azorín le llegaron a tapar la boca! Él se creía que iba a tener un puesto de responsabilidad, pero dejó tanto el partido como el sindicato porque la gente de la dirección lo ignoraba completamente. Se suponían que eran tiempos de cambios, pero realmente eran el de traiciones y de vender derrotas como victorias.
¿Qué balance hace de estos 40 años de autonomía?
¿Comparado con qué? Si lo comparamos con lo que teníamos antes, esto es bastante mejor y esto es una democracia. Pero claro, esto es respecto a lo que era antes y no lo que hay hoy, que es extremadamente insuficiente para las necesidades y reclamaciones del pueblo.
Así, dentro de este nuevo marco, Mallorca ha cambiado mucho en los últimos 40 años. ¿Qué es lo que más destacaría?
El turismo. Esto ha destrozado la isla y la han sometido a los intereses de la patronal hotelera. Aquí la derecha lo único que quiere es que los hoteles ganen dinero y exploten de forma efectiva al trabajador. Nunca hemos podido tener el freno de un sindicato fuerte. Yo he vivido, y sufrido, el hecho de que las candidaturas de UGT en hostelería las hicieran los de la dirección del hotel y permitiendo atropellos como 16 horas y condiciones miserables. Los hoteleros son unos prepotentes. No irían con tantos aires de superioridad si socializáramos los hoteles, que al final son los trabajadores los que hacen funcionar todo. Necesitamos un par y mucha consciencia de clase.