D. Antonio Villalonga Pérez
A la hora de cerrar este número recibimos la triste noticia de la muerte del insigne y consecuente republicano D. Antonio Villalonga.
Sentimos que el tiempo no nos permita dedicar más que unas líneas a la memora del que en vida fue modelo de virtud y una de las más altas glorias del republicanismo español.
El nombre de D. Antonio Villalonga vivirá eternamente en la memoria de cuantos le conocieron y le trataron. Su bondad, su consecuencia política, su amor entrañable por las masas populares, su abnegación, las persecuciones que ha sufrido por sus ideas, su honradez intachable, su espíritu de sacrificio, son virtudes que le adornaban y que formarán respetuoso monumento en la mente de amigos y enemigos.
Ha dejado de existir a la edad de 90 años en medio de una pobreza casi vulgar y a su entierro, que ha sido civil, ha asistido todo el pueblo de Palma y representaciones de los pueblos de la isla, formándose una manifestación de duelo que no bajaría de cinco mil almas, lo cual prueba las muchas simpatías de que gozaba el finado.
Mirémonos todos los ciudadanos en el espejo de la conducta ejemplar que como recuerdo imborrable nos ha legado el honrado repúblico.
Es el mejor modo de honrar su memoria y de pagarle las deudas de gratitud.
EL OBRERO BALEAR. Núm. 428, 21 de mayo de 1910