Entrevista realitzada el 20 de maig de 2022.
Entrevistadors: Bartomeu Vidal i Benjamí Salom
- ¿Cuándo y dónde naciste?
Yo tengo 74 años, nací en un pueblo de Alcarria, Guadalajara, llamado Pastrana. Y allí vivió y nació toda mi família. Yo soy de una família muy muy humilde, muy pobre, ni tan siquiera campesina. Mi padre era jornalero del campo y no tenía ningún tipo de bien. Mi madre tuvo cinco hijos, yo soy el más pequeño, y mis hermanos han muerto y yo soy el único de la saga que queda. Mi vida fue muy especial. Cuando llegó la Guerra Civil Española, mi padre fue voluntario al frente, fue miliciano en el pueblo, de las milicias. Como el conde Romanones no cogía las cosechas para boicotear a la República, pues a él le nombraron comisario agrario para ir con gente a los campos a coger cosechas que los terratenientes no cogían. Mi padre estuvo afiliado al PCE y a la UGT. Se fue voluntario al frente cuando estalló la guerra. Y todo esto lo sé por un tema de memoria de familia. Mi padre, cuando yo era muy pequeño, nos calentábamos con el brasero, y entorno a esa mesa me contaba todos y cada uno de los episodios de su vida, de la guerra, y eso de me ha grabado. Tengo una memoria fenomenal de esos episodios de mi familia. Estuvo en el Frente de Jarama y en algunos más. Y mi madre, cuando le fue a ver al frente, le pilló un ataque nacional y estaba embarazada de un hermano, y con la barriga así estuvo acarreando muros de munición a primera línea. No sabían leer y escribir. Mi padre aprendió las cuatro reglas en la mili y mi madre era analfabeta total. Pero eran gente muy lista, muy espabilada. Mi madre era buenísima, y cuando terminó la guerra se quedó con tres hijos que tenía, y cuatro de una hermana que estuvo en un campo de concentración en Palencia. Siete hijos. Y mi padre en la cárcel en Pontevedra, donde se tiró cuatro años, el lugar más alejado de Guadalajara. Termina la guerra, viene mi padre, nacemos mi hermana y yo, y no le daban jornales en el pueblo. Así que tuvimos que emigrar, por la costa del Gurugú, hacia Alcalá de Henares. Era un trayecto de la inmigración muy particular. Allí se contrató a mi padre de yuntero. A partir de ahí, mi vida ha pasado de sitio en sitio, en función del trabajo de mi padre, que se metió en la construcción después. Y luego mis hermanos fueron contratados en un fábrica de calzado, en Torrejón de Ardoz, y allí nos dieron una casita pequeña. Y allí fui al colegio. Y de ahí fuimos emigrando hacia Madrid. Alcalá, Torrejón, y al final Madrid.
El primer trabajo que tuve fue en el 61. Y allí empecé a trabajar a los 13 años allí. El primer trabajo fue donde hacían las maquinas Telefunken, el mueble, la madera, y me metieron en el lacado, en pintura. Luego trabajé en una fábrica de fundición inyectada. Y ahí, pues, lo que me venía de familia, más lo que me contaba mi padre, porque era como un cuento pero muy activo, pues lógicamente me conciencié enseguida, y creamos al poco tiempo en esa fábrica y los talleres de allí las Comisiones Obreras Juveniles, que nacen en el 67. Pues en el 66, con la caída de Marcelino Camacho, que fue cuando ilegalizaron Comisiones, yo estuve allí en esa movida, en Atocha, en las manifestaciones. Y allí me detuvieron. Nada, la policía me dio dos hostias, era un chaval. Estudié formación profesional, por las tardes y noches. Hice primero de Maestría Industrial, pero la política me dio a no acabar.
- Qué recuerdas de esa época de Madrid? Ya has dicho que tenías una conciencia política desarrollada por herencia de familia. ¿Cómo té desarrollaste en Madrid y como surgieron estos contactos con los que iniciaste…?
Mira, todo era muy clásico, de olfato, de compromiso. En mi fábrica, Tomás me captó a mí, yo capté al Angelito. Es un ejemplo. En la calle, donde había una serie de talleres de carpintería, a los aprendices los llevábamos a la manis ilegales. Alguno caía, temblando de que no hablase. Teníamos 16 años, pues lógicamente estábamos en esa guerra. Los contactos en la política vienen dados por la actividad política. Simplemente tú actúas, desarrollas tu conciencia, va a los sitios,… También es verdad que me tocó vivir una etapa de mucha vida social y política, porque la diferencia entre mis padres y yo es que ellos sufrieron el franquismo y yo salí a combatirlo. Es una diferencia importante, des del punto de vista de la actitud. También es verdad que a nivel internacional yo me iba al rastrillo y yo me compraba la revista Life, que venía toda la Guerra de Vietnam reproducida. Es que es el mayo del 68 en Francia. Ese mismo mayo en la plaza de Méjico la movida de los estudiantes. Es que en España fue una explosión. A mí me decían El Foca en Madrid, y en Carabanchel el Leñador. Igual que tú llevas una camiseta tal, nosotros de verde oliva, porque estábamos con la Revolución Cubana. El contexto, la conciencia y tal.
Yo no pertenecí al PCE hasta el año 70. Nos afiliamos… Bueno, no había filiación, nos vinculamos al Partido algunos y a las Juventudes Comunistas otros. Se hacían seminarios. Yo era un chico que lo leía todo. Yo aprendí a leer con los tebeos. Como mis padres iban de un pueblo a otro no me daba tiempo a estudiar. Mi hermana me compró dos libros de historia universal. Y había seminarios de política, y leíamos libros que hoy en dia me parecerían de risa, porque eran muy simples. El Niquitín, Principios Elementales de Economía, Pulitzer, Principios Elementales de Filosofia. Diferentes autores.
Bueno, mi caso en concreto es que yo tuve la detención del 66, la detención preventida del 68,… Cuando vino Nixon a España, que nos cogieron a los más tontos, porque los más espabilados, con experiencia, se iban.
- ¿Ya sabían que vosotros…?
Bueno, recogían gente, a mí me pillaron a la 1 o 2 de la mañana. Luego yo estuve en la mili el año del estado de excepción, el año 69. Con todo el proceso de Burgos. Y allí yo ya estaba vinculado con las organizaciones políticas. Fui protagonista de las Comisiones Obreras de Barrio. De ahí nació el FRAP. Bueno, y luego yo vine de la mili a combatir lo del FRAP. Entonces, tuve otra detención en el 71 en Madrid, donde tuve una detención gubernativa importante. Y nada, estuvo en esos tinglados, hasta que llegó el 73 y yo encabece unas acciones políticas en Madrid, que era ir a los cines de dos funciones, y en el descanso de una película a otra yo salía con un megáfono de hojalata, subía al estrado y les pegaba el mitin que estaba allí en el cine. Mis compañeros repartían octavillas. Hasta que en el cine Lisboa nos cazaron. A mí no, porque yo me escapé, pero cogieron a dos, y uno de ellos habló. Y identificó a alguna gente, y entonces fue mi cambio de vida total. Tuve que salir de Madrid porque se me buscaba, fui condenado por rebeldía a 10 años de cárcel, 5 por asociación ilícita y 5 por propaganda ilegal. La policía fue investigando y al final fueron a mi casa, pero yo ya no estaba porque el partido había dicho que había que cortar hilos a la Policía. El Partido me ofreció… Yo dejé el trabajo, dejé la tapia de la fundición. Ya no volví más a la fábrica. Hice las pruebas para las construcciones aeronáuticas, que era mi aspiración divina irme a trabajar allí como ajustador, que es mi profesión. Yo me hice muy buen profesional y ganaba dinero. Me ofrecieron estar en la Sierra de Madrid con Moreno Galbán, el crítico de arte. Pero yo tenía la necesidad de ganar dinero para mi familia. Entonces, me ofrecieron venir a Mallorca, a través de unos conocidos en Madrid, vivían en Aluche, había sido médico de Esporlas y de los pueblos de la Sierra. Yo no lo dudé. Dejé a mi padre en un hospital y murió a los tres meses. Yo me vine para acá. Estuve en busca y captura des del 73 hasta el año 74, que mi compañera había quedado embarazada pero no sabía que hacer porque no podía dar mi nombre como el padre de esta criatura, porque estaba en busca y captura. Vengo aquí, trabajé aquí sin seguro en varios sitios. Y entonces aquí ya me pilló la muerte de Carrero Blanco. Yo trabajé en Perlas Galmés, en Plásticos Bosch,… Y aquí, cuando mi compañera quedó embarazada y decidimos irnos, ella se fue de turista a Francia y yo pedí al Partido un pasaporte falso, y me fui a París en el exilio donde pasé la frontera de Hendaya con un pasaporte falso, y volví en los últimos meses del 75, cuando Franco acababa de morir pero yo era de los que estábamos todavía pendientes de condena.
- ¿Y cómo era la vida en París?
Bien. Allí montamos el club Pablo Picasso. Yo trabajé en una fábrica, la Thompson. Y mi compañera trabajó en una perfumería para turistas latinoamericanos.
En París, políticamente no paré.
- ¿Seguíais en contactos con el Partido desde aquí?
En Mallorca, de los de aquí, fueron a verme algunos. De la familia Thomás, Pep Vílchez,…
Y cuando volví, Ignacio Gallego me pidió que viniese aquí. Y aquí vine, y aquí estoy desde entonces. Eso fue a finales del año 75.
- ¿Una vez en Mallorca, como té desarrollas activísticamente, políticamente y cuál es tu función aquí?
Bueno, yo cuando llegué aquí en el 73, el contacto que me dan, aparte de este amigo, José Gómez, que trabajaba en telefónica, era Quetglas, hermana del que fue diputado, y la que regentaba la galería de arte de la calle Pelaires. En mi opinión era un contacto falso, no porque no colaboraba con la gente antifranquista, sino porque en aquel momento se asustó y yo dije que prefería pasar de esto. Al cabo de unos días, paseando por Palma encontré en la calle Mar número 6 con una charla. Y por intuición y experiencia dije: “Aquí me voy a ver con gente, les voy a echar una ojeada”. Y efectivamente, cuando salimos, me encontré con un tal Enrique Acosta y hablé con él. Y en función de lo que él me decía, le dije: “¿Tú qué pasa? ¿Eres de alguna organización? ¿Eres del PCE?”, y dijo: “si, es que vamos a hacer una excursión en el campo, y si quisieras venir y tal”. Y digo: “por supuesto”. Fuimos a esa excursión, y ahí me encontré con Francisca Bosch, con diferentes militantes del Partido, con Enric Acota, con Pep Vílchez. Y ya tuve contacto por ahí. Eso la primera vez que yo vine por aquí. La segunda vez a mí ya me conocían. Yo fui muy amigo de las hermanas y de los varones Thomas, de Miquel Rosselló que lo vi cuando vino de la cárcel y tal.
- ¿Cuál fue tu actividad una vez volviste a Mallorca?
Llegué aquí, y mis expectativas no se cumplieron porque el Partido no me ayudó lo más mínimo. Yo venía sin nada, era un niño pequeñajo sin nada. Pero bueno, son tiempos pasados. Y lo que hice fue trabajar picoteando en todas partes, pero fue el año 76, que fue una explosión del movimiento obrero organizado bastante importante. Y yo empecé a trabajar, por ejemplo, cuando no tenía nada, vendiendo periódicos en la calle. Y así empezamos. Yo también empecé a trabajar en algunos sitios, en algunas fábricas. Pero en cada sitio que trabajaba ya había un proceso huelguístico. Piedras Galmés me sacó porque un gestor de la patronal me sacó fotos en varias empresas alentando a la huelga del metal, una huelga de bajo rendimiento. Bueno, y el dueño me puso encima de la mesa las fotos. Luego después hice la prueba en Buades, pero maté a mi madre por lo menos para ir al juicio que Cristina Almeida me tenía que negociar. Con el indulto del rey se me quedaban tres años y salía libre. Entonces, era vital. Trabajé en Piedras Galmés también. Y un patrón maravilloso me contrató y estuve casi seis meses.
Aquí había una patronal muy dura. Aquí era más fácil que en Madrid hacer política. Yo cuando me meto en astilleros y la gente se pone en huelga por mi despido, yo llevo 15 días. Y cuando me despiden, se pone todo Astilleros, incluido las contratas, que son casi 800 personas en huelga. La policía se quedó asustada: “¿como un tío con 15 días le despiden y se pone la gente en huelga?”. Porque había habido una asamblea en el Vertical de trabajadores, y yo cogí el micro de un dirigente del vertical, jugándomela, e hice un mitin allí. Y la gente dijo: “Este chaval ha entrado en Astilleros, si algo le pasa a este chaval, todos a la huelga”. Y efectivamente, cuando los de Astilleros me preguntaron qué había pasado y les dije que me habían despedido, la gente tiró los sopletes y se puso en huelga. Y yo fui a que volviesen al trabajo, porque ya llevaban 3 días. Volvieron al trabajo pagándoles el jornal completo, pero la policía y la brigada político-social estaban con un coche y me secuestraron. Se me buscó por todo, y yo estaba en Delegación de gobierno. Me puso el delegado de Gobierno cinco mil pesetas encima de la mesa y un billete de barco para que me fuera. Y yo: “No, tengo aquí mi hijo, tengo mi compañera”. Salió una nota dos días después diciendo que yo estaba aquí para crear conflicto laboral, que era miembro del Partido Comunista. La isla de la calma estaba menos en calma. Además, vivía en concubinato con Amalia Cacho del Moral, que es una compañera que era la cuñada de mi mujer. Vivíamos aquí en Capitán Salom, mi cuñado, Isabel -mi compañera- y yo-. Salía la ficha oficial de Amalia y la mía diciendo que estábamos en concubinato. Y nada, empezó un proceso muy interesante. Es un trabajo colectivo. Los éxitos de esa época, del 76 en adelante, fue básicamente el trabajo de un montón de gente. El año 76 fue el año de la Asamblea de Barcelona en junio. Dos meses antes se hizo autorizadamente el congreso de la UGt, y nosotros clandestinos. Hubo que ir a Barcelona a hacerla. Y bueno, y desde entonces a acá. El año 77 hicimos la primera Asamblea Congresual, y empezamos a montar el sindicato. Porque nosotros salimos sin querer montar el sindicato. Lo digo porque mucha gente no lo sabe o no lo ha escuchado. Es decir, nosotros queríamos el congreso sindical constituyente, el necesario para unir al movimiento sindical de entonces. El movimiento sindical lo protagonizaba Comisiones Obreras. La CNT y la UGT había desaparecido. Yo siempre cuento una anécdota, que había dos del PSOE en Carabanchel latina, un distrito de ochocientas mil personas.
- ¿Eran hombres que ya estaban en la UGT desde los tiempos de…?
Bueno, estos no eran tan mayores, pero sí, podrían ser jovencitos durante la guerra.
Había colaboración entre las organizaciones de la universidad y nosotros en los barrios de Madrid. Y había un movimiento importante en Madrid, Barcelona y Sevilla. Pero las anécdotas con respecto a la represión son infinitas. Y el papel de Comisiones fue fundamental. Porque se crearon de forma muy espontánea, hasta que se le dio cauce, porque hubo una orientación política de primer orden que es el tema de la política de reconciliación nacional y la política de masas del 58. Porque España ya no era lo mismo, los norteamericanos empezaron a darnos quesitos y leche en polvo a los niños y terminaron sentando las bases militares.
¿Qué hicimos? Todo lo posible por la ruptura democrática. Y no pudimos, porque la relación de fuerza no la teníamos a nuestro favor. Y porque en esa época para tener aliados y hacer la ruptura democrática con el antiguo régimen, el PCE hizo la Junta Democrática, y el PSOE hizo la Plataforma. Luego juntamos todo, la Platajunta. En el año 76. Pero en el 76 hicimos la convocatoria más atrevida que hubo. Hubo multitud de detenidos, y hubo multitud de multas. Fueron de 15 mil pesetas a medio millón. Aquella huelga no fue un éxito. Aquí hubo muchos detenidos y represión. Pero hubo una respuesta importantísima, en el Bar Cristal, en la Plaza de las Tortugas, como entró la policía dando leña. A mí me echaron medio millón como presunto organizador de esas jornadas. A mí me llamaron para prohibirnos la manifestación en la Plaza España, a mí, al de UGt y al de USO. Y os lo voy a decir, casi nunca lo dijo pero os lo voy a decir. Y yo me quedé con la multa. Pero entonces el que era de UGT y el que era el de USO lo dejó ir. Y yo les dije: “¿Qué hacéis? ¿No os dais cuenta que vais a hacer el ridículo, que os van a preguntar por qué os sueltan a vosotros, si somos firmantes los tres de esta convocatoria?”. Fue a protestar el de UGT i le dijo el policía: “No, no, vete, anda vete, si no te voy a decir yo a ti donde tiene tu partido el aparatito de propaganda de mierda que tenéis”. El día 10 de noviembre me detienen allí hasta el día 13. Y allí vi pasar a todos lo que detenían, los ponían en un pasillo enfrente de mi calabozo.
El siguiente año fueron las huelgas de, por ejemplo, 14 días del metal, de 21 días de la construcción en Baleares. Que en la Plaza Mayor y España teníamos las testas de compra, nos hacíamos cargo de la luz, hasta del alquiler, que no podía pagar el trabajador. Recogíamos dinero a mansalva. Se habla muy poco en los libros que he leído. Yo salí en la agencia Rauter con el título: “La multa más grande en España en toda su historia. Medio millón de pesetas para Manolo Cámara sindicalista de Comisiones Obreras”. Con los detenidos que hubo, y tal. El papel que jugó un montón de gente, yendo por ahí cuando tuvimos necesidad de presentar el sindicato. Porque claro, salimos de Barcelona, y los de la ORT montan el sindicato unitario, va el PTE y monta la CSUC, y el septiembre la coordinadora de Comisiones dijo que había que hacer algo, y montamo el sindicato en forma de movimiento con una aportación de 25 pesetas. Y empezamos el sindicato con un festival de canción del Selva, de pop. Hicimos una rifa, y con ese dinero alquilamos un local, una máquina de escribir, etc, y empezamos a montar el sindicato. Lo que fue la decisión de montar el sindicato fue en la Asamblea de Barcelona. En el 77 tuvimos la primera asamblea congresual, que no congreso, donde fui elegido responsable de la organización. Porque me votó la gente, en contra de mi Partido, que apostaba por otros. A mí no me querían. Aquel que me mandó aquí el pasaporte falso que antes comentaba, conspiró contra mí a una cosa que dijo. Y lo voy a dejar ahí.
Y yo fui secretario general de Comisiones en contra de mi partido, y sigo siendo todavía del PCE, y otros no lo son, pero si fueron los machamartillos de las esencias del comunismo. Primero fueron del PCE, después eurocomunismo, luego los africanistas, los afganos,… Así es la vida y así es de dolorosa, lo cual algunos hemos pasado por momentos de mucho dolor, a pesar de que en mi caso en concreto nunca he tenido resentimientos con nadie, porque soy así de carácter. a todos esos yo les he tendido la mano. Pero toda esa historia es buena parte de la historia del movimiento obrero, en los aspectos también políticos.
- Tengo entendido que ya con el primer o segundo pacto fue senador, ¿que nos puede contar de esa experiencia y cómo la viviste?
La vivimos de la siguiente manera. En el partido, en este caso Esquerra Unida, decidimos que dos dirigentes de Esquerra Unida no iban a ningún cargo. Quien hizo la negociación con el Gobierno fui yo, tanto de programa como de gestión. Me echó una mano Miguel Rosselló, pero quien estuvo negociando con Antich fui yo. Y decidimos que Miguel Rosselló y yo no íbamos a ningún cargo, porque pensábamos que los dos estábamos en la escuela sindical. Yo me llevé a Rosselló a la escuela sindical. Yo ya no era secretario general de Comisiones, lo había dejado. Pasó que negociamos con Antich, y él negociaba con MÉS y Unió Mallorquina de forma separada. Hasta que un día le dije a Antich: “Imagino que el presidente del gobierno balear eres tú, me enterado por la prensa que la presidenta del Consell Insular de Mallorca es Maria Antònia Munar, que la presidencia del parlamento es para Unió Mallorquina. Bueno, ¿qué nos falta aquí? Nos falta la vicepresidencia y el senador autonómico. Y dice: “¿Y tú qué es lo que quieres, Manolo?”. Y yo: “Bueno, entre estos puestos deslumbrantes que hay, nosotros como Esquerra Unida queremos uno de los tres. Que elija el PSM primero qué quiere”. Dejaron suelto lo de senador. Y fuimos a la organización, y allí salió un problema, que es que no voy a decir quién querían ser senador con 22 años, recién salidos de los cascarones. No es un tema solo de edad, es un tema de información, de preparación, de estar a la altura y tal. Y entonces vino Miguel Rosselló para decirme que tenia que ser yo el senador para cortar el tema ese. Y lo acepté. Miguel, que no tenía que estar en ninguna parte, también estuvo de cargo público con trabajo, con Everhart. Aquellos dos que teníamos que estar en la escuela sindical y estar más sueltos para atender a la organización ya no estábamos. Eso tiene siempre un coste, meter todos los huevos en los gobiernos, y eso pasó.
- ¿Y cuánto tiempo estuvo metido dentro de la política ocupando un cargo?
Yo he tenido cargos a montones, menos en la primera etapa. Pero a fin de cuentas un cargo político con mayúsculas es en el sindicato. Hombre, había que apostar políticamente por el tema de lo social. Los Pactos de la Moncloa tuvimos que pelearlo mucho, aquí pillamos a las patronales desprevenidas, hubo huelgas de todo tipo, sectoriales, en esos años. ¿Qué es la política? ¿Lo institucional, que es lo que mucha gente entiende por política? Tener un cargo? Si eso es una mierda. Me hace gracia. Yo entré al Senado, me dieron unas hojas y yo firmé la primera y la última, porque eran declaración de bienes. En el documento había para poner barcos, helicópteros, aviones, había de todo. Yo me marché del Senado y no he vuelto, a otra cosa mariposa. ¿Qué estoy haciendo con vosotros ahora, si no es política? Cuando hubo una escisión, a mí me hubiera gustado irme a Madrid porque ya me apetecía, pero no lo hice porqué había que estar aquí, no allí, cuando había una ruptura y tal. Hice bien, al cabo de un tiempo nos volvimos a apuntar.
- ¿Y los afganos quienes eran?
Llamábamos afganos a los prosoviéticos, el Partido Comunista de los Pueblos de España. Pero coloquialmente se decían “los afganos”. Y no me fui, me quedé, e hice bien. Luego, al dejar de ser secretario general, hice la escuela sindical Marcos Peralta, que fue un éxito, de formación de cuadros. Me monté un equipito y funcionó bien. Hice la formación sindical que hacía falta.
- ¿Con Marcos Peralta?
Con no, porque ya había muerto, porque Marcos Peralta vino aquí en los años 40 y es protagonista de algunos conflictos…
- Para tener una idea cronológica de cuál ha sido tu actividad dentro de Comisiones Obreras o cuál ha sido tu relación desde que se fundó después de lo de Barcelona, ¿cuál ha sido tu relación con comisiones obreras y has seguido relacionada actualmente?
En el año 66 me incorporo al movimiento de Comisiones Obreras. Ese año tengo una primera detención por participar en una manifestación. El año 1967 creamos un grupo de gente en Madrid algo que fue colosal, que duró solo 3 años, que son las Comisiones Obreras Juveniles. Eso era un fenómeno de algunos lugares, sobre todo de Madrid y Barcelona. Un movimiento juvenil impresionante. El año 70 fue la creación de Comisiones Obreras Juveniles. Ahí se me busca, por Partido, por Comisiones, por todo. Mi vinculación con comisiones en la clandestinidad es esa. Hasta en el exilio estuve vinculado a la DECO, a la Delegación exterior de Comisiones Obreras, con Carlos Elvira y Rozas, que era un enanito catalán. Y con ellos, trabajando en París, me recorrí varias ciudades europeas los fines de semana para recoger dinero para Comisiones Obreras. Tanto mundo Obrero como para Comisiones Obreras, para los presos sobre todo. Mi vinculación con Comisiones y con la política ha sido siempre muy pareja, aunque sabiendo diferenciar la autonomía y soberanía de Comisiones Obreras con respecto al PCE. Cuando he dicho antes un exabrupto de que yo fui secretario general en contra de mi partido era porque una huelga continuase y yo dije que no, acordado y consensuado con mis compañeros del Comité de Huelga. Y al final en una asamblea de más de 500 personas conseguí que aquella huelga había que pararla. Habíamos conseguido una parte de las reivindicaciones y de continuar habría sido un fracaso. Había gente que no tenía ni idea, pero más la gente del Partido que no ha visto un trabajo en su vida. En esa època tuve esas dificultades y cuando llegó el congreso había otro candidato.
Entonces, mi vinculación es esta. En el movimiento de Comisiones, protagonizando, dirigiendo el sindicato, presentando el sindicato en Ibiza, en Menorca y en todos los pueblos de Mallorca, y la gente iba. Hasta en los bares de los pueblo cobraban las cuotas. En Montuïri había uno que cobraba las cuotas de todo el pueblo, que tenía un bar. Pero así unos cuantos. Era tremendo, una implantación… Íbamos a los pueblos a presentar el sindicato, socialmente. Y aquí mantuvimos un carácter sociopolítico de Comisiones OBreras con el argumento ¡, la teoría y el mítin que les pagaba de que el salario es una parte de los ingresos del trabajador. Pero está el salario indirecto: el transporte, la sanidad, la educación. El salario directo y el diferido, y había que luchar por los dos salarios. Y por eso Comisiones Obreras en esa época estaba por todo. Y tuve compañeros que me ayudaron muchísimo.
Luego, ya estoy en la escuela sindical, me nombran senador autonómico, pues a currar de senador. Anda que no curré, si te metes en la sexta y séptima legislatura, si profundizas en el tema verás la cantidad de iniciativas que hice. No paré. Eso sí, en honor a mi condición, yo di el 55% de mis ingresos a Izquierda Unida. Eso Miguel Rosselló lo sabe. Yo no hacía, como se hace, la paralela a Hacienda. Terminé el mandato del Senado con menos dinero del que empecé. Utilicé lo del senado para correrme España, para ayudar a Izquierda Unida en todo lo que pude por toda España. Y nunca he estado fuera del sindicato. Otra cosa es que no lo piso mucho. Y sigo afiliado a Izquierda Unida, al PCE y a CCOO. No tengo ya ni la fuerza ni nada para encabezar nada. Eso sí, soy un discutidor, me conocen en toda Blanquerna, me siento a tomar café, me viene un montón de gente y charlamos. Sobre la Guerra de Ucrania, sobre el emérito, sobre el soberanismo,…
- Para terminar ya, con toda esta trayectoria política que has tenido y toda esta vida tan completa, ¿qué ves actualmente como está la política, a nivel social, en mundo, España, a nivel local, Illes Balears o Mallorca en concreto?
Yo creo que estamos en presencia de una revolución conservadora a nivel internacional, europeo y en España. Donde los poderes reales, que siempre han mandado, están envalentonados y están en una posición a la ofensiva. Me refiero al poder judicial, al poder mediático, al poder político y al económico. Por tanto, estamos en un momento muy jodido, fue un gran acierto el tema del gobierno de coalición, y lo sigue siendo, pero sin embargo nos han caído las siete plagas de Egipto encima. Estamos saliendo de la crisis financiera y nos llega la pandemia, y tenemos que cerrar el país, arruinados. Hasta el volcán de la palma, hasta las nevadas del año anterior en Madrid y en otras partes, y ahora la guerra. Yo veo que el mundo está cambiando no muy a mejor precisamente. La etapa de lo unipolar se está convirtiendo en una etapa de la hegemonía de todo lo que representa el conservadurismo a nivel internacional, dirigida por Estados Unidos, donde no le importa el precio que cueste que la guerra continúe en Ucrania, a costa de los europeos que somos los que vamos a pagar el plato. Y todo el mundo mira a la zona euroasiática. China también mira a la zona euroasiática, como contrapeso. Estados Unidos también, que tiene más interés en la zona de Australia, Nueva Zelanda, Japón, Taiwán, que no Europa. Europa está ahí para lavar la mierda a los norteamericanos vía OTAN. ¿Que Putin es un hijo de puta? No me cabe la menor duda. Pero hay muchos hijos de puta en este mundo. O en Eritrea no hay hijos de puta que mueren miles de personas. ¿Es que las Primaveras Árabes eran primaveras para la democracia o eran primaveras para ver cómo te quedas con el petróleo y el gas? ¿O como eliminas en un plan geoestratégico a tus “enemigos”? ¿Cómo veo yo el mundo? Fatal, ¿qué quieres que te diga? Cada vez hay que contar aquella canción del Dúo Dinámico, “Resistiré”. ¿Qué té queda? Resistir. Por eso, me paseo por esta ciudad, me veo con cualquiera que me conoce, me llama y aprovecho la ocasión para soltarle el mitin. ¿Cómo veo el futuro en este país? Muy peligroso. No nos hemos dado cuenta que las familias culturalmente franquistas, -no me refiero de procedencia simplemente. Si los abuelos o los padres han sido o han dejado de ser no me meto- están ahí. ¿Cómo veo este gobierno? Alguna vez con recelo. Porque el otro día Francina inauguró siete viviendas, y en Euskadi cuando gobernamos con el PNV hicimos en cuatro años siete mil viviendas de alquiler. Ahora, la ley turística,… Eso del decrecimiento es una necesidad. Y lo dice un sindicalista, que en teoría tendría que estar “trabajo, trabajo, puesto de trabajo”. Mentira. Eso es pan para hoy y hambre para mañana. Como la família Meliá, que me dijo: “Oye, ¿puedes apoyarnos para urbanizar la albufereta?” Con todos los planos. Y los mandé a tomar por culo. Hace de esto un montón de años. Y dijeron: “Hay asambleas en Alcudia y Pollença porque la gente quiere trabajo”. Y me fui allí y les pegué un mítin y les dije: ¿Qué queréis, que os jodan esto? Cuando al final van a quedar cuatro guardias vigilando los chalés que aquí van a hacer, imbéciles del culo”. Y yo les insulto a los trabajadores cuando no se enteran, porque hay que pelear todo, incluido con los trabajadores. No porque sean de mi clase, no, hay un tema que se llama conciencia, que se adquiere de otra manera, no porque has nacido o dejado de nacer. Entonces, todo esto es un discurso político-social necesario. Pero esto es así.